De nuevo la ciencia da espaldarazo al cannabis y es que un grupo de investigadores estudió más de 1,000 cerebros humanos para averiguar que sustancia, entre el alcohol y el cannabis, causa mayor daño al cerebro. Resulta que el alcohol es más perjudicial que el cannabis para el cerebro.
El consumo de alcohol a largo plazo es más perjudicial para el cerebro que el consumo de cannabis a largo plazo, según la nueva investigación llevada a cabo por el profesor Kent Hutchison de la Universidad Colorado Boulder.
Muchos científicos han planteado la hipótesis de partida de que el consumo de cannabis puede ser tan dañino para la salud a largo plazo como el alcohol. Sin embargo, este nuevo estudio de más de 1,000 cerebros humanos, una cantidad suficiente a nivel científico como para sacar conclusiones consistentes, sugiere lo contrario.
Según hallaron los investigadores, mientras el consumo de alcohol está relacionado con una disminución del tamaño de la materia gris y la menor integridad de la materia blanca, el consumo de cannabis no ha mostrado tener relación con la reducción de estas medidas críticas de la salud cerebral.
Estudios contradictorios se suceden
El profesor Kent Hutchison, coautor del estudio, es escéptico acerca de la investigación que sugiere que el cannabis es tan malo para el cerebro como el alcohol:
“Cuando miras las investigaciones mucho más de cerca, ves que gran parte de ella probablemente no es precisa.
Cuando observas estos estudios desde hace años, te das cuenta de que un estudio informará que el consumo de cannabis está relacionado con una reducción en el volumen del hipocampo (una zona del cerebro asociada a la memoria y las emociones). A continuación llega el siguiente estudio, y concluye que el uso de cannabis está relacionado con cambios en el cerebelo o lo que sea.
En resumidas cuentas, no hay consistencia en todos estos estudios en términos de las estructuras cerebrales reales “.
Si bien algunos sugieren que el consumo de cannabis puede ser beneficioso, muchos científicos dudan, incluso los del presente estudio añaden que aun hay mucho trabajo que hacer.
Rachel Thayer, autora principal del estudio, sostiene esta misma postura, tal como expresó:”Particularmente con el uso del cannabis, la investigación aún es muy limitada en términos de si su uso es dañino o beneficioso para el cerebro “.
El estudio involucró a personas con una variedad de diferentes consumos de alcohol y cannabis. Concretamente 853 adultos de entre 18 y 55 años y 439 adolescentes entre los 14 y los 18.
El profesor Hutchison concluyó:
“… aunque el cannabis también puede tener algunas consecuencias negativas, definitivamente no está cerca de las consecuencias negativas del alcohol”.
Y con un cúmulo de estudios que demuestran que tal como el alcohol es más perjudicial que el cannabis, también lo son otras muchas sustancias que son administradas a pacientes, es difícil comprender porque en tantos países sigue estando prohibido consumir cannabis. El alcohol incluso es un rito social que se relaciona no solo con celebraciones de éxitos y alegrías sino con una rutina diaria. Seria cuestión de moda quizás o de verdadera medicina pero es bien conocido oír hablar de que un médico haya dicho “una copita de vino tinto a diario es bueno para la salud”.
El estudio fue publicado en la revista Addiction (Thayer et al., 2017).
