El Alzheimer es una de las enfermedades neurológicas más temidas en la actualidad, pues conlleva importantes alteraciones de la cognición y la personalidad del individuo. Recientemente se ha descubierto que el cannabis tiene diversos efectos beneficiosos en el organismo, ¿pero son estos suficientes como para combatir una enfermedad tan grave como el Alzheimer?
Nadie sabe por seguro cuál es la causa que origina el Alzheimer, pero su alta gravedad e incidencia en la población anciana han hecho de esta enfermedad un blanco para las investigaciones y tratamientos farmacológicos.
El Alzheimer es una enfermedad que se caracteriza por unas importantes alteraciones en el modo de comportarse y de percibir el mundo de la persona que la padece. La memoria y la personalidad del individuo cambian drásticamente durante el desarrollo de la condición, siendo estas alteraciones en su gran mayoría irreversibles.
La estructura del cerebro a nivel celular cambia completamente durante el inicio y el transcurso de la enfermedad. En la afección de Alzheimer se producen cambios en la sinapsis neuronal, regiones del sistema nervioso donde las neuronas se comunican. En ellas, se comienzan a acumular un determinado tipo de proteínas denominadas “beta-amiloides”, que conforman placas neuríticas y bloquean la transmisión del mensaje neuronal. Esto origina una cascada de cambios en el sistema nervioso con graves consecuencias en el funcionamiento del individuo.
Mucho se ha hablado de las propiedades medicinales que el cannabis parece poseer, ¿pero cuáles de estas ayudan verdaderamente a combatir el Alzheimer?
Varios estudios realizados en la última década demuestran que uno de los principales componentes del cannabis es capaz de combatir las placas neuríticas y frenar su acumulación. El responsable es el THC, sustancia psicoactiva que ralentiza el crecimiento de las proteínas beta-amiloides, reduciendo sus niveles. Este cannabinoide es capaz de revertir los efectos del Alzheimer, permitiendo de nuevo el paso del mensaje nervioso.
El cannabis también es conocido por sus efectos antiinflamatorios, otra propiedad de gran importancia en la lucha contra el Alzheimer. Las placas neuríticas tienden a inflamar el tejido que las rodea, lo que supone un nuevo factor de riesgo para el cerebro. Debido a ello, numerosas investigaciones han analizado el papel del sistema endocannabinoide (SEC) en el Alzheimer, ya que la activación de los receptores CB1 ubicados en el cerebro tienen un efecto antiinflamatorio.
Por otro lado, un estudio realizado por las Universidades de Bonn y Harvard con ratones encontró que los roedores criados sin receptores CB1 experimentaban un deterioro cognitivo más rápido, acentuado conforme iba aumentando la edad. La conexión entre el SEC y las enfermedades neurodegenerativas aún debe ser más investigada, pero estos análisis preliminares ofrecen resultados prometedores.
El THC no es el único compuesto que el cannabis ofrece en la lucha contra el Alzheimer. De hecho, el cannabis usualmente posee considerables niveles de otra sustancia que contraria al THC no es psicoactiva; el cannabidiol (CBD). Varias investigaciones han encontrado funciones neuroprotectoras y antioxidantes en este cannabinoide, que ayudan a prevenir la muerte celular y reducen la neurotoxicidad causada por las placas neuríticas.
Tanto el THC como el CBD han demostrado tener un importante poder terapéutico y ya se están diseñando terapias cannabinoides basadas en la combinación de estos dos componentes.
Además de las funciones antioxidantes, antiinflamatorias y neuroprotectoras del cannabis, se ha encontrado que los cannabinoides juegan un papel en el crecimiento del tejido neural del hipocampo, región del cerebro asociada con la memoria. Este proceso denominado “neurogénesis” ha sido ampliamente analizado y estudiado. Así, se ha observado que los cannabinoides sirven de apoyo a este mecanismo de reparación cerebral.
Uno de los más poderosos argumentos a favor del uso de la marihuana medicinal es su habilidad para aliviar otros síntomas asociados al Alzheimer, permitiendo a los pacientes vivir más felices y adaptándose mejor a su ambiente. Algunos ejemplos de estos efectos son el aumento del apetito, la mejora de la capacidad motora o la reducción de la agitación, consiguiendo así mejorar la calidad de vida de estas personas.
Otras investigaciones en este campo sugieren que pequeñas dosis de THC pueden ayudar a prevenir el Alzheimer, impidiendo así su aparición. Investigadores de la Universidad de Ohio de hecho encontraron que el cannabis ayuda a preservar la memoria. Utilizando THC sintético, el equipo de investigación demostró que los cannabinoides reducían la inflamación cerebral y ayudaban a la estimulación de la memoria, formando nuevas redes neuronales en los cerebros ancianos.
La información presentada en este artículo está dirigida a fines útiles e informativos. No debe usarse ni como recomendación ni tratamiento médico.
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