La artritis puede ser una de las más frustrantes enfermedades con las que convivir, en las que simples tareas como abrir tarros, levantarse del sillón o caminar al supermercado pueden resultar insoportables debido al dolor crónico. Cada vez son más las incidencias de esta enfermedad en la población anciana, y pocos tratamientos han probado ser efectivos en tratar sus síntomas. Sin embargo, ¿puede ser el cannabis la clave que la medicina necesita para tratar a estos pacientes?
La Artritis Reumatoide (AR) es una enfermedad autoinmune en la que el cuerpo se ataca a sí mismo, como si se estuviera enfrentando a invasores virales o bacterianos. Un sistema inmune hiperactivo es capaz de romper los delicados tejidos de las articulaciones y los alrededores de los huesos. Posteriormente, esta anormal respuesta inmune causa inflamación, que resulta en el deterioro de los tejidos celulares, cicatrices y dolor a lo largo del tiempo.
Sin embargo, los síntomas de la AR van más allá del resentimiento en las articulaciones o el dolor. Similar a la mayoría de las enfermedades autoinmunes, la inflamación crónica y una agravada respuesta inmune tienen una gran variedad de efectos en el organismo. Entre estos síntomas se encuentran:
Se han probado muchos tratamientos diferentes para curar la AR, desde drogas antiinflamatorias, ejercicio o cambios en la dieta, algunos con moderados resultados y otros sin efectos destacables. ¿Pero qué tiene que decir el cannabis al respecto?
A pesar de la mala fama del cannabis como droga adictiva, un consenso científico ha resaltado su valioso poder terapéutico, con numerosos ensayos preclínicos exitosos apoyando esta afirmación. Para el alivio de muchos, estos estudios muestran que el cannabis tiene efectos antiinflamatorios que pueden ayudar a los pacientes de AR a vivir vidas más saludables y felices.
Los pacientes de AR están sobrecargados de inflamación, pero la planta posee poderosos componentes capaces de mitigarla. Un estudio realizado en 2014 en la Universidad de Carolina del Sur encontró que el psicoactivo THC suprimía el sistema inmune y desactivaba proteínas inflamatorias. Por otro lado, un estudio más antiguo de 2003 analizó los efectos del no psicoactivo CBD en ratas, simulando en ellas la condición de AR. Después de inyectar a las ratas determinados compuestos inflamatorios, trataron a los animales con una dosis oral de CBD. El cannabidiol redujo considerablemente la inflamación, manteniéndose los efectos hasta tres días después del tratamiento.
Poco a poco, el cannabis ha ido ganando popularidad como tratamiento para la artritis. Esto es debido a su capacidad para lidiar con el dolor y reducir la inflamación, sin los potenciales efectos adversos capaces de amenazar la vida de los pacientes que han demostrado tener los AINE o los opiáceos.
El sistema endocannabinoide (SEC) es una larga red de células receptoras y enzimas del cuerpo. El SEC influye en una gran variedad de funciones como el dolor, el apetito o el sistema inmune, y al consumir cannabis este sistema cambia la forma en la que regula dichas funciones.
Un estudio de 2013 publicado en Rheumatology descubrió algo fascinante sobre el SEC y los pacientes de AR. Aquellos con artritis poseían más receptores cannabinoides del tipo CB2 en sus células que aquellos que sufrían de otras formas de artritis. En este caso, los receptores CB2 están involucrados en el control de la inflamación, y por alguna razón el cuerpo no es capaz de desactivarla en la AR.
Tanto el CBD como el THC se unen a los receptores del tipo CB2. El THC lo hace directamente, provocando una respuesta antiinflamatoria, mientras que el CBD incrementa la cantidad de endocannabinoides en el cuerpo acoplándose de otra forma. Estas cualidades son las que proporcionan a la planta de sus potentes propiedades inmunoreguladoras.
Uniéndose directamente al sistema endocannabinoide, el cannabis accede al propio sistema de reparación del cuerpo. La planta calma la inflamación y suprime el sistema inmune, proporcionando a los nervios y los tejidos algo de tiempo para recuperarse.
El cannabis ha demostrado tener efectos beneficiosos sobre otros síntomas relacionados con la artritis reumatoide, como podrían ser el dolor, la fatiga o los problemas gastrointestinales. Sin embargo, a pesar de todos estos hallazgos, aún queda bastante por investigar para lograr un tratamiento efectivo a la enfermedad.
Hasta ahora, los numerosos ensayos preclínicos realizados en este ámbito han mostrado resultados prometedores, pero existen diferencias considerables entre animales y humanos que aún se deben solventar. Es necesario seguir indagando en esta línea de investigación, pero es posible que en el futuro el cannabis pueda ser utilizado como tratamiento a la artritis y a otras muchas enfermedades cuya cura hoy día aún se desconoce.
La información presentada en este artículo está dirigida a fines útiles e informativos. No debe usarse ni como recomendación ni tratamiento médico.
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