Todos con mayor o menor frecuencia a lo largo de nuestras vidas experimentamos insomnio y problemas para conciliar el sueño, a veces pasajeros y otros crónicos. No solo eso, sino que hay personas que al mismo tiempo sufren de pesadillas, terrores nocturnos y otras molestias que impiden a nuestro cuerpo dormir y descansar como es debido.
Afortunadamente, el cannabis medicinal ha demostrado influir en los ciclos del sueño de las personas, aumentando muchas veces la calidad del mismo. ¿Pero cómo es esto posible y qué es lo que hace exactamente el cannabis?
Cuando dormimos, pasamos a través de cuatro fases primarias del sueño, cada una de las cuales conforman un ciclo del sueño de aproximadamente 90 minutos de duración. Durante cada noche, experimentamos un número variable de ciclos del sueño, y el ideal se encuentra entre los cuatro o cinco (aprox. 7-9 horas de sueño). Cada fase conlleva una función específica durante el ciclo, de ahí la importancia de pasar por todas ellas.
Esta fase se caracteriza por un sueño extremadamente ligero, cuando empezamos a caer dormidos. Nuestros músculos comienzan a relajarse, nuestra tasa cardiaca y movimiento ocular a ralentizarse, y quizás experimentemos fragmentos de pensamientos o visiones.
Es muy fácil despertarse durante esta etapa, como es el caso de caer dormidos en un autobús o mientras vemos la televisión, y de repente un ruido algo más alto de lo normal nos sorprende.
Durante la segunda fase, el movimiento ocular se detiene, y el cuerpo se relaja aún más a la vez que las ondas cerebrales se enlentecen. Durante esta etapa, el pensamiento y la comunicación neural es más lenta, pues estas neuronas se están desactivando preparando el cuerpo para el sueño profundo.
La tercera fase del ciclo del sueño se conoce como sueño profundo, y es aquella en la que el cuerpo se repara a sí mismo. Los productos de deshecho producidos por el cerebro son filtrados, la sangre fluye del cerebro a los músculos, y sus tejidos son reparados de posibles daños. Este es la fase de menor actividad cerebral, y es vital para sentirnos bien al levantarnos al día siguiente. Además, es aquella en la que es más difícil despertarnos.
Cuando envejecemos, tenemos la tendencia de emplear menor tiempo en el sueño profundo. Sin embargo, las personas de más edad también necesitan de una considerable cantidad de este tipo de sueño, como cuando eran jóvenes, y no dormir bien puede acelerar el deterioro de sus funciones físicas y cognitivas.
La última y más conocida fase del sueño se conoce como sueño REM o Rapid Eye Movement. Esta es la etapa en la que ocurren los sueños, y se produce típicamente antes de despertarnos, cuando estamos cerca de la conciencia. Durante el sueño REM, la mente se vuelve muy activa, la respiración superficial e irregular y la tasa cardiaca junto con la presión sanguínea aumentan.
Se piensa que el sueño REM juega un papel importante en el almacenamiento de recuerdos y la memoria, el equilibrio del humor y el aprendizaje. De ahí que sea una de las fases del sueño más estudiadas y que más investigación ha generado.
A niveles generales, la marihuana reduce la cantidad de sueños que tenemos, ya que extiende la duración del sueño profundo y reduce la fase REM, responsable de soñar. Emplear más tiempo en la fase del sueño profundo provoca que no recordemos bien lo que soñamos al despertarnos, algo de confusión y lentitud, pero también le da al cuerpo una mayor oportunidad para repararse a sí mismo, y por tanto de descansar como es debido.
Algunos especialistas del sueño como el doctor Hans Hamburger explican que esta alteración del sueño es importante. Reducir la fase REM del sueño limita revivir las experiencias que hemos tenido a lo largo del día, y por tanto de poder almacenarlas en la memoria, recordarlas y anticiparnos a ellas en el futuro.
Esto podría ser una mala noticia dado que podríamos pensar que podría suponer un impedimento a la memoria a largo plazo. Sin embargo, el cannabis ha probado ser beneficial para aquellas personas acosadas por vívidas pesadillas. Concretamente, aquellos con trastornos por estrés postraumático (TEPT) han defendido que el uso de la marihuana medicinal les ha ayudado a acabar con sus pesadillas, y por tanto descansar y rendir mejor al día siguiente.
El cannabis gracias a su acción en el sistema endocannabinoide modifica la duración de las dos fases principales del sueño, y sus efectos pueden ser tanto beneficiosos como perjudiciales. Tanto el sueño profundo como la fase REM son necesarios para que nuestro organismo funcione correctamente, y ambas deberían disponer del tiempo que se merecen.
Quizás utilizar sistemáticamente el cannabis para conciliar el sueño porque nos es algo difícil quedarnos dormidos puede ser poco recomendable, y seguramente a largo plazo altere indebidamente nuestro ciclo natural del sueño. Sin embargo, para personas como los pacientes de TEPT, la marihuana puede ser una alternativa muy prometedora para conciliarlo. Si continuamente estamos privados del sueño, cansados y sabemos que nuestra cantidad de horas y calidad durmiendo es baja, la marihuana medicinal puede ser una gran aliada.
La información presentada en este artículo está dirigida a fines útiles e informativos. No debe usarse ni como recomendación ni tratamiento médico.
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