El cáncer es una de las enfermedades autoinmunes más conocidas en la actualidad, debido a sus drásticos efectos en el organismo de la persona que lo padece. Sin embargo, y aunque parezca difícil de creer, el cannabis es capaz de matar células cancerígenas. Varios estudios han demostrado que los cannabinoides, los componentes activos de la planta, son capaces de lidiar con estas células. ¿Pero cómo es esto posible?
“Cáncer” es un nombre general utilizado para clasificar a un gran grupo de enfermedades que se desarrollan debido a un crecimiento anormal de células en el organismo. Las células normales del cuerpo están continuamente creciendo, dividiéndose y muriendo, pero cuando estas empiezan a crecer sin control se diagnostica cáncer. Además, la mayoría de las veces, las células cancerígenas forman un tumor, que puede invadir otros tejidos corporales a partir de un proceso denominado “metástasis”.
El cáncer es considerado una enfermedad genética debido a que causa cambios en los genes que controlan el funcionamiento celular. Aunque estos cambios se puedan heredar, pueden aparecer a lo largo de la vida de una persona, habiendo más de 100 tipos diferentes de cáncer. De acuerdo con la American Cancer Society, hay alrededor de 1,6 millones de incidencias en Estados Unidos cada año, y si se deja sin tratar puede ocasionar enfermedades graves e incluso la muerte.
Por otro lado, los tratamientos para el cáncer dependen de la localización y lo avanzada que esté la enfermedad. Entre ellos se encuentran la cirugía para la extracción del tumor cancerígeno; la terapia de radiación para matar las células cancerígenas y reducir tumores; la inmunoterapia para ayudar al sistema inmunológico a combatirlo, o la famosa quimioterapia, que utiliza drogas para matar a las células cancerígenas.
Todos estos tratamientos obtienen unos resultados moderados y consiguen lidiar en parte con el cáncer. Sin embargo, muchos de ellos conllevan efectos secundarios que amenazan la calidad de vida de estos pacientes. ¿Puede el cannabis sin embargo solventar este problema y ayudar de forma efectiva a combatir el cáncer?
Numerosas investigaciones han demostrado los efectos beneficiosos del cannabis combatiendo el cáncer, ¿pero cuáles son estos en concreto?
Uno de los mayores problemas con el cáncer es que las células no dejan de crecer y dividirse, esparciéndose rápidamente a otros tejidos del cuerpo. Este proceso de crecimiento y difusión de los tumores malignos es denominado “proliferación”.
Aquí es donde el cannabis ayuda: los componentes activos de la planta, los cannabinoides, tienen propiedades antiproliferativas. Un estudio realizado en 2014 publicado en Oncotarget encontró que los cannabinoides inhibían la proliferación en los cánceres de mama, próstata y pulmón. Estos efectos antiproliferativos están siendo analizados para aplicarse próximamente en otros tipos de cánceres y enfermedades también.
Un año antes, en 2013, un equipo de científicos italianos descubrió que el no psicoactivo CBD protegía contra los procesos de “migración, adhesión e invasión” de las células cancerígenas. Por otro lado, en 2010 varias investigaciones encontraron que el cannabis tenía también efectos antiproliferativos en la endometriosis. Esta enfermedad se compone de lesiones en varios órganos reproductivos femeninos, siendo capaz de incrementar el riesgo de desarrollo de cáncer.
Cuando las células cancerígenas migran de una parte a otra del cuerpo, las células se convierten en metastásicas. Las células del cáncer se separan del tumor original, viajan a través del torrente sanguíneo o el sistema linfático, y se instalan en cualquier otra parte del cuerpo. Esta es la razón por la que algunos pacientes de cáncer de mama por ejemplo luego desarrollan cáncer en los huesos, el hígado, los pulmones o incluso en el cerebro.
Estudios recientes han descubierto que los cannabinoides bloquean la metástasis. Durante las últimas dos décadas, científicos españoles de la Universidad Complutense de Madrid han estado analizando el impacto de los cannabinoides en la células cancerígenas. En 2012, estos científicos encontraron que los componentes activos de la planta tenían efectos antimetastásicos en las células tumorales.
Para que los tumores sobrevivan, estos necesitan sangre. Desgraciadamente, estos toman toda la que necesitan a través de un proceso denominado “angiogénesis”, el cual permite a los tumores crecer a través de los vasos sanguíneos. Esto les ayuda a expandirse a lo largo del tiempo, hasta que impiden el funcionamiento normal del cuerpo.
Muchos investigadores han tratado de desarrollar drogas capaces de detener la creación de nuevos vasos sanguíneos por parte de las células tumorales. Afortunadamente, los cannabinoides parecen hacer justo eso.
En 2008, un equipo de investigación español liderado por Cristina Blázquez descubrió que el psicoactivo THC debilita la habilidad de los tumores para desarrollarse a través de nuevos vasos sanguíneos. Aunque el equipo se especializó en células cancerígenas del cerebro llamadas específicamente “gliomas”, también mencionaron el mismo efecto en melanomas y carcinomas de la piel.
Otra investigación llevada a cabo en 2011 por la Universidad de Vanderbilt revelaba que el CBD también es antiangiogénico, aunque funciona de forma diferente al THC. Toda esta evidencia demuestra que los cannabinoides luchan contra las células tumorales por varios caminos.
La apoptosis es un término referido a la muerte natural de las células, necesaria para el correcto funcionamiento del organismo. Forma parte de la respuesta inmune que determina si una célula enferma vive o muere, y un sistema inmunológico disfuncional causa demasiada o muy poca apoptosis.
Por alguna razón, las células cancerígenas dejan de responder a las señales que de otra forma provocarían su autodestrucción, lo que permite que estas células continúen creciendo y proliferando.
Sin embargo, un estudio reciente publicado en Current Oncology reveló que tanto el THC como el CBD fueron eficaces matando neuroblastomas, uno de los tumores más comunes entre los niños. En este particular caso, el CBD fue el más eficaz, simplemente causando el suicidio de las células tumorales del cerebro.
Todas las investigaciones citadas anteriormente tienen profundas implicaciones en el futuro del tratamiento del cáncer. Actualmente, la quimioterapia y la radiación son los métodos principales en el manejo del cáncer, pero estos tratamientos están conllevando efectos secundarios a largo plazo indeseables para sus pacientes.
La quimioterapia por ejemplo se basa en administrar fuertes drogas a los enfermos de cáncer con el objetivo de matar a las células cancerígenas, pero dichos químicos también afectan a las células sanas del cuerpo, ocasionando otros problemas como dolor, fatiga, náuseas, vómitos etc. A pesar de ello, el cannabis y los fármacos basados en cannabinoides están siendo ya utilizados para lidiar con el dolor y las náuseas asociadas a la quimioterapia, con efectos bastantes prometedores.
En el futuro, probablemente veamos medicinas fabricadas con cannabis incorporándose a estos tratamientos intensivos, que lograrán combatir el cáncer de forma más efectiva y garantizar una mayor calidad de vida en estos pacientes.
La información presentada en este artículo está dirigida a fines útiles e informativos. No debe usarse ni como recomendación ni tratamiento médico.
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