Nuevos productos de cannabis de alta potencia podrían presentar riesgos para la salud mental

El cannabis de alta potencia que se produce actualmente podría activar problemas psiquiátricos latentes concluye una investigación exhaustiva llevada a cabo por la American Osteopathic Association (AOA ) y recomienda el asesoramiento médico antes de su uso. El informe especial publicado en el Journal of the American Osteopathic Association y en Science Daily recopila el conocimiento que actualmente existe y que sirve de ayuda a los médicos para ofrecer las mejores recomendaciones basadas en la evidencia.

Con un creciente número de estados que están legalizando el cannabis para uso médico y recreativo, los médicos serán presionados cada vez más para informar y recomendar a los pacientes sobre la frecuencia de uso y dosis así como los riesgos asociados a un cannabis de alta potencia cada vez más ampliamente disponible.

Esquizofrenia y otros problemas psiquiátricos pueden desencadenarse por el consumo de cannabis, según un análisis de investigación publicado en el Journal of the American Osteopathic Association.

“Tenemos una preocupación especial por los jóvenes en su adolescencia y principios de los veinte años, cuyos cerebros todavía están en desarrollo”, dice Jeramy Peters, DO, autor principal del estudio y psiquiatra de la Universidad de Ciencias y Salud de Oregon en Portland.

El Dr. Peters agrega que si bien no existe una manera simple de predecir qué jóvenes podrían desarrollar problemas de salud mental como resultado del consumo de cannabis, un historial familiar de enfermedad mental podría sugerir un riesgo potencial.

“Los pediatras deben ser conscientes de esto, especialmente para los pacientes que han mostrado síntomas de ansiedad y depresión, y este colectivo profesional debe estar dispuesto a mantener conversaciones francas sobre el cannabis”, dice el Dr. Peters.

Algunos efectos a largo plazo asociados con el consumo de cannabis incluyen problemas de memoria y concentración, y disminución de la motivación. Los investigadores dicen que cuando el consumo de cannabis comienza a deteriorar el estado de salud de un individuo o el funcionamiento social u ocupacional, el médico debería aconsejarle dejar de usar cannabis o remitirlo a los servicios de tratamiento de abuso de sustancias.

Incluso los pacientes sin problemas de salud mental o de abuso de sustancias, que consumen cannabis de manera recreativa o medicinal, pueden beneficiarse de los consejos de un médico.

Conocer tu cannabinoide

Los principales productos químicos farmacológicamente activos en el cannabis son los cannabinoides Tetrahidrocannabinol (THC) y cannabidiol (CBD). El THC es responsable de la experiencia psicotrópica y existe evidencia según este informe “de calidad moderada” de que el THC puede ayudar frente al dolor crónico neuropático o al cáncer. Sin embargo, también se ha demostrado que indujo síntomas de psicosis entre los voluntarios sanos del estudio y se cree que es un factor de riesgo en el desarrollo de la psicosis.

Por el contrario, se teoriza que el CBD tiene propiedades antipsicóticas y ansiolíticas. Actualmente, el CBD se está estudiando por sus posibles propiedades anticonvulsivantes y antiinflamatorias.

Muchos productos nuevos contienen proporciones variadas de THC y CBD con el fin de crear efectos eufóricos y medicinales específicos. Los investigadores recomiendan que los médicos estén al tanto de qué productos están usando sus pacientes, así como la cantidad y la frecuencia, para poder asesorarlos sobre la dosificación y los riesgos.

“Es muy difícil decirle a alguien qué efecto pueden esperar sin conocer los detalles del producto”, dice Walter Prozialeck, Ph.D., profesor y presidente del Departamento de Farmacología del Chicago College of Osteopathic Medicine en la Universidad de Midwestern. “Cuánto THC hay en el producto, cómo se consume y, por supuesto, la fisiología del individuo, todos estos elementos juegan un papel en la determinación de su experiencia”.

La dosificación del cannabis de alta potencia no siempre es sencilla

La potencia del cannabis ha ido en aumento durante el último medio siglo. Durante la década de 1960, el cannabis contenía típicamente alrededor de 1% a 5% de THC en peso. Muchas cepas disponibles en la actualidad oscilan entre el 15% y el 25% de THC en peso, con algunas cepas que alcanzan el 30% o más. Cuando se fuma, se absorbe aproximadamente el 25% de los cannabinoides presentes en el cannabis en forma de hierba.

Sin embargo, al inhalar cannabis a través de un vaporizador, el usuario absorbe hasta el 33% de los cannabinoides totales. Además, las personas que fuman o que vaporizan este nuevo cannabis de alta potencia también experimentan los efectos rápidamente, con una intoxicación en 2 minutos y una duración de 2 a 4 horas. El inicio casi inmediato de la sensación psicotrópica permite a los usuarios valorar su dosificación de manera más efectiva.

En comparación, cuando los productos de cannabis se ingieren por vía oral, el THC se absorbe de manera inconsistente. Los usuarios suelen experimentar los efectos del THC aproximadamente entre 2 a 4 horas después de la ingestión, y sus efectos duran de 6 a 8 horas. Las personas que ingieren productos de cannabis a menudo experimentan un efecto más intenso y duradero. Dado el retraso significativo de la intoxicación, es mucho más fácil incurrir en sobredosis y experimentar efectos negativos.

“El mejor consejo que podemos dar es comenzar bajo y ir lento”

Es el consejo de Prozialeck ante los nuevos productos de cannabis de alta potencia. Además, al igual que otros profesionales de la comunidad médica, y en línea con otros artículos publicados en Hispaweed, el científico añade que se necesita más investigación para crear protocolos específicos que los médicos puedan usar para aconsejar mejor a los pacientes.